A través del crecimiento espiritual puede que encuentres técnicas o puntos de vista que pueden parecer contradictorios. Nuestro propósito el dia de hoy es darte un punto de vista de las diferencias entre la oración y la meditación.

En mi niñez mis abuelos me llevaban a misa en la iglesia católica todos los domingos, y me decían que hiciera una oración a Dios por las cosas que yo quería. Aun siendo niña esto no me hacía mucho sentido, y me preguntaba: ¿si Dios todo lo sabe, no debería saber todo lo que quiero? O Si Dios está en todas partes, ¿por qué solo puedo orar en la iglesia? Yo entendí que si no oraba a Dios en la iglesia, Él no sabría lo que yo quería. Y esto no me hacía mucho sentido, porque Dios, el Universo, o como queramos llamar al Todo, sabe todo acerca de mí, ¡y lo sabe antes de que yo misma lo sepa!

Por lo tanto, mi definición de la oración es esta: la aplicación directa de nuestra energía hacia una meta, sea para adquirir o lograr algo, o para atraer el estado deseado (como orar por la sanación de alguien). En pocas palabras, la oración es el direccionamiento de nuestra energía hacia un propósito. No hay mucha diferencia con las técnicas de manifestación que se conocen para manifestar las cosas que queremos en nuestras vida. Observa que vamos por la vida deseando y pidiendo cosas todo el tiempo, y nuestra energía es como un foco que se apaga y enciende en 100 direcciones diferentes sin iluminar bien a nada, es algo que no sirve de mucho. Cuando oramos o usamos técnicas de manifestación enfocamos la energía dispersa y la convertimos en un láser. Dios ya sabe lo que queremos, pero tenemos que aplicarnos y atraerlo con energía definida de voluntad y pasión. De hecho, entre más pasión, amor, y voluntad pongamos a nuestras creaciones de algo, más fuerte será la energía dirigida a esa meta. Te invito a escribir tus metas, a poner tu oración en un papel. ¿Cómo vas a dirigir tus pensamientos si no sabes lo que realmente quieres? ¿Que quieres? ¿Lo que quieres está por escrito? ¿Estás dirigiendo tu voluntad, amor y pasión a eso?

Por el otro lado, la meditación es el arte de silenciar el constante parloteo mental y permitir que nuestro Yo superior “descienda” a nuestra consciencia. En cada momento de tu vida tu Yo superior (o Dios, o como lo desees llamar) te está mandando mensajes acerca de la vida, de ti mismo y del universo, pero el ruido en tu cabeza es tan fuerte y constante, que rara vez lo escuchas. Cuando vas dentro de ti y silencias el jolgorio, comienzas a experimentar cosas impresionantes. Incrementas tu experiencia del “Yo” y te das cuenta que eres algo mucho mayor al cuerpo físico. Si lo haces con constancia y disciplina, llegas a experimentar el estado Divino de ser Uno con Todo.

Cuando combinas la meditación con la oración, la energización, la definición de metas claras, y con las afirmaciones, incrementas tus resultados en la vida. La meditación es el fundamento de todo esto, ya que entre más controles el flujo negativo de tu mente, más puedes enfocar tu poder creador en crear lo que deseas experimentar en tu vida. La meditación y la oración son nuestras herramientas naturales para crear y experimentar la vida al máximo. Aprende a usarlas, a practicarlas, y expande así tu vida.

Si deseas conocer más acerca de tu conexión con Dios, la vida, Esencia, te invitamos a conocer más acerca de tu naturaleza Divina. El Curso Tu Despertar Espiritual ha sido diseñado como un acto de amor para llevarte paso a paso a través de los conceptos y experiencias para acercarte cada día más al Amor. ¿Que esperas?